Seguro que jamás pensaste que los pantalones podrían tener historia. Simplemente que un día, algún antepasado de hace 2000 años cogeria cualquier trapo y desde entonces tenemos pantalones. Estás tan equivocado.. Saca papel y boli. Comienza una nueva clase.
Si me dieran un euro (siempre quise decir eso…) por cada vez que un cliente ha entrado por la puerta y me ha dicho “quiero un traje chaqueta”, ahora tendría acciones en Telefónica y barco en puerto Banús.
¡Claro que quieres un traje chaqueta! Has entrado en una sastrería, hay cientos de tejidos, trajes en el escaparate, corbatas y gemelos por todos lados… No va a ser un traje de buceo…! Amigos, el concepto traje incluye ya la chaqueta y el pantalón. Que no la americana, que es la chaqueta casual que se vende suelta y que se llama así por ser la chaqueta que se hizo popular en la conquista del oeste (y el este) americano y que como ya comentamos en otros post, era heredera de la chaqueta de montar inglesa. Pero hoy, vamos a hablar sobre el otro 50% del traje: el pantalón.
Esta prenda como tal, está datada su origen a finales del siglo XVI y se popularizó en Venecia a raíz de una obra de teatro, en el que uno de los personajes, Pantaleone (a su vez llamado así en honor al patrón de la villa, San Pantaleón), vestía una prenda que cubría el total de la pierna hasta el tobillo y que no era el típico bombacho a la rodilla de la época. La obra, de notable éxito, fue representada por toda Italia, tuvo su versión francesa, y también se exhibió en Inglaterra, donde también caló y llamó la atención la prenda que portaba este personaje Pantaleone.
Esta prenda imprescindible, ha evolucionado a través de los años, y hoy podemos encontrarlo en infinidad de tejidos, patrones y acabados. Para que siente bien a cada persona, hay que tener en cuenta, además de la talla correcta, el largo y ancho de la caja y esta se eligen en función de donde nos ponemos la cintura del pantalón de forma cómoda. Sin importar la modas. O eso sería lo aconsejable, para que no parezcamos ni un torero, ni un rapero del Bronx.
El largo del pantalón, depende del usuario, pero yo aconsejo que descanse justo en el empeine del zapato, con una boca no superior a 20 cms como mucho. Un dato curioso, es que antes de que se inventara la cremallera sobre 1920, por el sueco Gideon Sundback, los pantalones se abrochaban la bragueta con botones y hoy como signo de tradición artesanal, también se siguen Incorporando. Nosotros en BUND tenemos ambas opciones a elegir. Otra opción (que por supuesto también trabajamos en Bund) es el sistema de tensadores laterales y el cierre tipo Ghurka, que los ingleses copiaron del uniforme del ejército Nepalí a principios del XX, y que luego los italianos adoptaron también para sus uniformes.
Si me dieran un euro por cada vez que he oído eso de “tiene pantalones de esos modernos que se abrocha con una hebilla en el lateral…?” tendría dos barcos en Banús.
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¡Feliz semana! 🤘🏼