Yo soy de los que leen los comentarios en las publicaciones de IG o Twitter cuando la foto me llama la atención, lo admito. Para eso, debe estar relacionada obviamente con mis gustos personales o mi trabajo. También es verdad que ambas cosas son lo mismo o están relacionadas con ella: la sastrería.
Me resulta curioso advertir como en estos comentarios la gente admite ciertas cuestiones que a lo mejor, hablando en persona les daría pudor o pereza defender. Pongo ejemplo: me encuentro en Twitter mientras paso el pulgar con una destreza increíble, una foto en blanco y negro de Cary Grant y Sofía Loren comprando un helado de cucurucho en el parque del Retiro, Madrid, primeros día de primavera de 1957. Rodaban la película “Orgullo y Pasión” en España y paseaban por la ciudad en los descansos…
Detallo la foto por encima… Él, traje oscuro (el gris era su color fetiche), camisa blanca y corbata, intuyo beige o celeste. Curiosamente, pese a ser un icono de la moda, Grant declaró en alguna entrevista que no era muy coqueto ni estaba pendiente de las modas, únicamente decía, se aseguraba de que las prendas fueran de su talla correcta. Eso ya es mucho. Era su elegancia y “savoir faire” algo indiscutiblemente innato y bromeaba a manudo diciendo; “a todo el mundo le gusta Cary Grant, todo el mundo quiere ser Cary Grant. ¡Hasta yo, quiero ser Cary Grant!” Gente a la que le pongas lo que le pongas, le sienta bien. A Sofía, en la misma foto y notablemente más joven que Grant, se le adivina algo insegura al lado del galán consagrado. Era ésta una de las primeras películas como estrella femenina, también junto a otro grande: Sinatra. Ella es bella. No es que esté guapa o bien vestida, eso no importa, es que es un animal feroz y temperamentalme bello, que aún esperando su helado en la foto, se aprecia que la paciencia no es su fuerte y que como buena italiana puede explotar en ademanes en cualquier momento, por cualquier cosa.
Volviendo al twit y los comentarios, el 99% hacían alusión al traje de él y la cintura de avispa de ella. A la elegancia perdida en el pasar de los años, en como saber vestirse en cada situación y disfrutar con la mirada del ingenio, la sobriedad o la inteligencia del que se sabe vestir sin llamar la atención pero reafirmando su presencia. En los comentarios había sobre todo nostalgia, algo de envidia y también mala leche por parte de algunos que comparaban a las estrellas de hoy, con las de ayer. O anteayer. Y yo me pregunto: si casi todo el mundo tiene tan claro que se ha perdido la elegancia y el saber estar vestido acorde a la situación, al respeto por uno mismo y su entorno y si añoramos esos años en los que ir a tomar un helado era pretexto suficiente para ponerse él corbata y ella falda de vuelo… ¿Porque no volvemos a esforzarnos un poco? Tampoco es tan difícil, creedme.
De hecho, los que están en segundo plano en la foto de Cary y Sofía, españoles normales de a pie, no tienen nada que envidiar en cuanto a vestimenta se refiere a Cary Grant. Era lo normal, una costumbre habitual…
¡Vamos! Hagamos que sea otra vez normal. Yo hay días en que lo necesito de forma vital.
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