Para empezar bien el curso en la Bundersidad, lo primero es saber por qué debes tener trajes en tu armario, por tanto, a la pregunta: ¿por qué debo vestir de traje? la respuesta es; porqué no ibas a vestirlo.
Pero aquí, en esta masterclass sobre la sastrería y sus beneficios, no esperes un ensalzamiento del ego o la vanidad superficial, aquí se forma a caballeros en el legendario arte de saber vestir adecuadamente, y cómo utilizar esta disciplina como herramienta, arma o conquista. Estar guapo es inherente a ello.
Vamos a dar por hecho que eres un hombre de hoy en día, una persona que se cultiva, que se interesa por su entorno, que va más allá de lo obvio y fácil. Que trabaja duro para ser mejor profesional, que cuidas tu dieta, prácticas deporte, sabes gastar tu dinero en un buen reloj o un viaje (cuando se pueda…) a un lugar poco masificado… Bien, si te identificas con alguno de los ejemplos, sigue leyendo, si no, abandona la lectura porque va a doler. La vida no es fácil, y siento ser yo el que te abra los ojos.
¿Aún sigues ahí? Ok, picará pero te hará más fuerte. Ahí va; cuando vistes con traje, no ya un traje a medida, si no uno al menos de tu talla correcta y adecuado a tu anatomía, estás entrando sin llamar en el subconsciente colectivo de prácticamente todo ser humano con el que te cruzas y dejando una huella recordable.
Si no, no.
Para qué utilices esa huella luego, es cosa tuya, pero confiamos que será para hacer el bien.
Antropologicamente, el ser humano es un animal de rituales y ceremonias, traspasados de generación en generación para conservarlas. Esos ritos implicaban unas vestimentas concretas en los que las personas significantes e importantes ostentaban una imagen determinada y concreta. Si pasamos los siglos a cámara rápida, la esencia de todo ese proceso de la moda y sus códigos, vienen a filtrarnos en pleno siglo XXI, a día de hoy, a un señor vestido con un buen traje, de una calidad decente y una silueta definida e identificable.
Créeme, en igualdad de condiciones, antes te dan mesa a ti en un restaurante si esperas con un traje esculpido en tu cuerpo, que a Mark Zuckerberg en camiseta gris. A no ser, que alguien se chive al maitrê, de quien es el de la camiseta gris, pero eso sería jugar sucio…
Ahora bien, cuando hablamos de ponerse un traje para trabajar, o asistir a un evento X, no es necesario imitar a Bond, a Barney Stinson o Don Draper. Ni a nadie. En esta Varsity, imitar, emular o parecer son verbos que debes eliminar de tu vocabulario. Tu traje te sublima cuando es tu talla, guarda los largos y anchos correctos, no te tira de ningún sitio, no te pica nada y realmente por todo ello te resulta cómodo, y cuando estás cómodo, es cuando centras toda tu atención en tareas mas productivas o gratificantes.
Cierto que luego debes saber que color y tejido usar en cada ocasión, como combinarlo con la camisa y corbata adecuada y que patrón y estilo te favorece más independientemente del cuerpo que Dios o McDonald te haya dado. Pero tranquilo, estás matriculado en la Bundersidad, no te inquietes y sigue atento al blog para ir avanzando en los códigos de vestimenta actuales.
Hay tanto por contar…
