Es colgar un reel en nuestro IG sobre preguntas y consultas sobre cómo iríais vestidos en según qué eventos y nos llegan muchas consultas sobre dress code para multitud de situaciones. Unas de las que más se repiten son asistencia a bodas, y entrevistas de trabajo.
En ambas ocasiones se pretende un buen puesto duradero y satisfactorio. (Qué menos…)
Hoy vamos a dar algunos detalles a tener en cuenta a la hora de elegir atuendo cuando vayamos a solicitar ese puesto de trabajo que nos interesa. La clave no es que yo te diga cómo ir vestido, eso es impostar y no suele funcionar, si no unas pautas generales que se pueden aplicar en cualquier caso y suelen resultar bien.
Lo primero necesariamente es saber a qué puesto estamos optando, cuál es su función en la empresa y que se espera de nosotros en realidad. (A veces difiere, ¿Verdad?
Después, investigar y estudiar a la empresa: si tiene un libro de estilo o waywork concreto, la indumentaria que suelen llevar los empleados actuales y los de tu misma posición. Si suelen usar y abusar de los colores corporativos en las oficinas, mobiliario, etc (quizás llevar la corbata en esos tonos “casualmente”, haga empatizar al entrevistador de forma subliminal con nuestra visión del negocio y respuestas…).
Te interesa destacar, pero no llamar la atención. El traje incrementa el pensamiento abstracto y es más difícil que el entrevistador (humano al fin y al cabo, te prejuzgue sin pensarlo…) entonces elige uno como mínimo de tu talla correcta. Si no quieres fallar y asegurarte el puesto, uno de Bund. En azul o gris será el más usado por los otros candidatos a tu puesto, debes tenerlo en cuenta y elegir bien el tono adecuado de (mejor) marino, ni muy oscuro, ni los eléctricos de las graduaciones que usa la chavalada. El azul marino se asocia a fuerza, integridad, disciplina y entrega. No por nada es el color habitual en la uniformidad de muchos ejércitos y cuerpos de seguridad.
Vestir formal, proyecta autoridad y confianza, siempre. Si la empresa lo admite y vas a ir casual, siempre con americana, quizás ir sin corbata sea un plus, pero no te desabroches la camisa más allá del segundo botón. A nadie le interesa ver lo fuerte que estás. Si te la pones, vigila el nudo, que sea adecuado y no centre la atención en exceso. Nada de jerseys merinos de cuello pico.
Camisa siempre blanca, impoluta, con unas palas y pie de cuello adecuadas para tu anatomía y ocasión.
Y por último detalles que no son de atuendo pero que si no tienes controlados, romperán la armonía con el resto de la imagen. A saber:
– El cabello limpio y bien peinado. No hace falta que vayas a la pelu el día antes.
– No llevar joyas ni anillos llamativos. Mejor un buen reloj en consonancia al resto del outfit.
– Las uñas limpias y bien recortadas. No te las muerdas. Pero no para las entrevistas, ni para nada.
– Zapatos limpios, no muy usados y coordinados en color y estilo al resto del look.
– Calcetines negros. No inventes.
– Si te da por llevar pañuelo, puede ser tu salvación o perdición… si decides que si, discreto, liso, claro y doblado al filo. ¡Dice tanto un pañuelo y cómo lo lleves doblado de ti…!
– Si utilizas gafas, limpia con esmero los cristales justo antes de entrar. Sí, importa bastante.
Con esto, con matices obviamente y de forma general, si eres tan buen profesional como el resto de candidatos, ten por seguro que unos cuantos puntos extras les llevas de ventaja.
Y si no, a la salida de la entrevista seguro que encuentras al amor de tu vida, que es otro tipo de entrevistas, para otras cosas mucho más agradables..